Acabamos de conocer el contenido de la sentencia sobre la manada y no voy a valorarla porque todavía ni la he podido leer completa, ni la he podido pensar. Pero aun así quiero contaros algo:
Desde hace ya alguno años imparto en una Universidad un taller cuyo objetivo es mejorar la capacidad de lectura. Está encaminado a mejorar la velocidad a la que podemos leer y a incrementar la comprensión de los textos. Si somos contantes en los ejercicios, en relativamente poco tiempo podemos ser capaces de multiplicar por cuatro o por seis la velocidad, incrementando al mismo tiempo la comprensión.
Para un estudiante, la mejora puede ser muy interesante, ya que quiere decir que lo que antes, cuando leía a 100 palabras por minuto, le costaba una hora de leer, si conseguimos que lea a 600 palabras por minuto, pasará a costarle 10 minutos.
En la primera sesión, siempre les preparo un test, y ahí se determina la velocidad inicial, donde yo puedo ver en alumnos de 1º de carrera, algunos que leen a casi 400 palabras por minuto y otros a 80. Con ese simple dato se puede saber con bastante exactitud cuál va a ser el rendimiento de unos y otros.
Ahora vuelvo a la sentencia. Pocos minutos después de conocerla estás fueron algunas reacciones de los políticos que gestionan nuestro país y nuestras vidas: La condena a La Manada sólo por abuso es una pésima noticia ¿Cómo que no hubo intimidación? Parece que se estuviera diciendo a las víctimas que si no te enfrentas a 5 matones que te doblan en tamaño, arriesgando la vida, no te están violando. Vergüenza y asco.
Sin quererlo, me ha venido a la cabeza que en la entrega de un premio al escritor Fernando Aramburu, autor de la magnífica Patria, le preguntaron acerca del último comunicado de ETA. Aramburu es un perfecto conocedor de ese tema y su respuesta fue:
«Es un comunicado decepcionante», afirma el escritor vasco, que asegura que aún tiene que reflexionar «a fondo» antes de pronunciarse.
Como os he dicho, aún no tengo la capacidad para poderme pronunciar. Lo más que puedo hacer es dejar aquí la sentencia para quien la quiera leer antes (o después) de opinar.